En un autobús lleno hasta los topes nos desplazamos hasta el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Allí los chavales fueron paleontólogos, clasificaron meteoritos y dinosaurios, hicieron moldes de huellas y hasta una maqueta de la sierra de Guadarrama. Tras una noche de poco dormir, todavía dió tiempo a aprender sobre la evolución de los homínidos, antes de montarnos en el bus de vuelta a casa.
Gracias a la tesorera Rakel por una organización al milímetro, a los monitores del Museo Nacional de Ciencias Naturales por hacer un gran trabajo con los chavales y a los papas/mamás acompañantes por su paciencia y dedicación.
Intentaremos repetir la experiencia el curso que viene!